-Cultural Ambiental y Desarrollo Sustentable
Es una estructura de caucho que en el proceso de vulcanización se transforma en una enorme molécula del tamaño y la forma de una llanta, conservando todos sus enlaces químicos que le dan esas formidables propiedades elásticas y casi indestructibles.
Desgraciadamente este proceso sólo puede darse una vez, de manera que el caucho de una llanta no puede volverse a someter a un proceso de vulcanización, sus enlaces químicos simplemente no pueden formarse de nuevo.
Es difícil dimensionar el daño que una sola llanta podría producirle al ambiente, nuestra calidad de vida y la salud del planeta.

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Llantas desechadas anualmente en México
Son 40 Millones de estructuras, cada una de 24,000 cm³ en promedio. En total representan más de 960,000 metros cúbicos. Es como un enorme cubo de casi 1 Km de altura, de desperdicios no biodegradables, que no se pueden reciclar de nuevo a su forma original de llanta, que son de difícil manipulación, no pueden compactarse en rellenos sanitarios y son de gran impacto en el paisaje.
En México solo el 2% se recicla.
El 91% termina en tiraderos clandestinos para su quema
Por si esto fuera poco, históricamente las llantas se han desechado y “reutilizado” como combustible por algunas industrias. Esto es porque, por un lado, a nadie le interesa conservar llantas; y por otro lado, aunque el caucho de las llantas es muy difícil de encender, una vez que prenden sus llamas son muy difíciles de apagar, convirtiéndolas en un combustible barato e ideal para algunos hornos industriales que dependen de estar encendidos las 24 horas los 365 días del año.
Es realmente una lástima que un producto tan resistente, sofisticado y noble como el caucho vulcanizado de una llanta termine quemándose y derivándose en una nube de contaminantes primarios. Peor aún, que existan industrias que defiendan este crimen ecológico como si fuera un acto responsable de “reciclaje” o “reutilización”.
Los contaminantes primarios son sustancias extremadamente dañinas, que al insertarse en el ambiente se descomponen por acción del sol y la humedad, se mezclan con otras sustancias y mutan por el simple efecto de las condiciones climáticas del día, derivándose en otros cientos de compuestos extremadamente tóxicos.
Dióxido de Carbono
Al ser indispensable para la vida de las plantas, el Dióxido de Carbono ha sido tradicionalmente subestimado. Por si mismo es nocivo para la vida humana, pero es particularmente agresivo contra la salud del planeta entero, por su capacidad de descomponerse y transformarse al exponerse a la luz solar, el calor, el agua de la atmósfera y otros agentes, para convertirse en otros cientos de sustancias tóxicas, como la lluvia ácida y el ozono.
Además, las moléculas de CO² rebotan la luz y el calor en todas direcciones impidiendo que las radiaciones solares escapen de la atmósfera al espacio, en un fenómeno conocido como Efecto Invernadero y que es el principal factor causante del calentamiento global. Al combinarse con otros factores, como el exceso de asfalto y concreto en el tejido urbano de grandes ciudades, como la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, puede elevar la temperatura hasta 8 grados, incluso en el subsuelo, en otro efecto conocido como Isla de Calor.
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EL FUTURO DE LA HUMANIDAD Y DEL PLANETA DEPENDE DE LA MANERA EN LA QUE PRODUZCAMOS ENERGÍA
LA IMPORTANCIA DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES
Las energías renovables son fuentes de energía limpias, inagotables y crecientemente competitivas. Se diferencian de los combustibles fósiles principalmente en su diversidad, abundancia y potencial de aprovechamiento en cualquier parte del planeta, pero sobre todo en que no producen gases de efecto invernadero –causantes del cambio climático- ni emisiones contaminantes. Además, sus costes evolucionan a la baja de forma sostenida, mientras que la tendencia general de costes de los combustibles fósiles es la opuesta, al margen de su volatilidad coyuntural.
El crecimiento de las energías renovables es imparable, como queda reflejado en las estadísticas aportadas anualmente por la Agencia Internacional de la Energía (AIE): Según las previsiones de la AIE, la participación de las renovables en el suministro eléctrico global pasará del 26% en 2018 al 44% en 2040, y proporcionarán 2/3 del incremento de demanda eléctrica registrado en ese período, principalmente a través de las tecnologías eólica y fotovoltaica.
De acuerdo a la AIE, la demanda mundial de electricidad aumentará un 70% hasta 2040,-elevando su participación en el uso de energía final del 18% al 24% en el mismo periodo- espoleada principalmente por regiones emergentes (India, China, África, Oriente Medio y el sureste asiático).
Las energías renovables han recibido un importante respaldo de la comunidad internacional con el Acuerdo de Paris suscrito en la Cumbre Mundial del Clima celebrada en diciembre de 2015 en la capital francesa.
El acuerdo, que entró en vigor en 2016, establece por primera vez en la historia un objetivo global vinculante, por el que los casi 200 países firmantes se comprometen a reducir sus emisiones de forma que el aumento de la temperatura media del planeta a final del presente siglo quede “muy por debajo” de los dos grados, -el límite por encima del cual el cambio climático tiene efectos más catastróficos- e incluso a intentar dejarlo en 1,5 grados.

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